domingo, 9 de junio de 2019

UN DULCE RECUERDO




Perdidos mis ojos en mi balcón del mar, se escucha un lamento desgarrador, aún sin reconocer sus alaridos,  dolieron en mi corazón. Tanto, que entonces recordé  a mi gran  amor del mirador del mar, mi dulce amado, no quise detenerme, en el llanto de aquella voz familiar, sino que en instantes, viajé a  ese sitio mágico y marino donde tantas veces nos juramos amor eterno y nos hacíamos le amor, de mil formas, me parece una voz conocida, pero preferí soñar nuevamente en el amor bonito.


Han pasado tantos años, desde que se fue, descubrí  sus otros amores, y sufrí en silencio. Se que me amó con locura era innegable, en cada palabra, en cada caricia, en cada poema, Así lo sentí, pero no era la única. Con ello llegó pronto el desencanto dejé de ir al mirador del mar, y  el ambiente era helado y oscuro, una terrible sensación de soledad de acero, me sobrecogía el cuerpo.


Pero vuelvo a la soledad de mi balcón, sorprendida quedo cuando te reconozco, ¡ amor eres tú!, el de siempre, claro que recuerdo tus versos, tu pasión desbocada, tus besos húmedos y un  corazón que llena de profundas y bellas palabras de amor.


Yo nunca te olvidé, ni te olvidaré tu huella fue profunda y eterna, mi Brillo del mar presente está,  en mi , en mis versos, en el amor que por ti sentí, y en el Mirador del mar, que desde aquí se observa que vuelve a brillar al volver a leer letras que son fruto del querer, las tuyas  dulce amado.



©Beatriz Martín
03/04/18